ADVIENTO: TIEMPO PARA ENDEREZAR EL CAMINO
ADVIENTO: TIEMPO PARA ENDEREZAR EL CAMINO
Escasos quince días quedan para celebrar la Navidad, pero ¿qué hacer en estas dos semanas de Adviento para prepararnos a recibir al Dios hecho Niñito?... Comúnmente se nos olvida, entre reuniones y posadas, que los 24 días aproximadamente que la Iglesia establece para el Adviento, es un tiempo para preparar nuestra alma como digna morada para el Niño Jesús.
Recordemos que Él sólo puede nacer en un alma que se esfuerza por dejar el pecado y purificar su alma. Si persistimos en el pecado y no manifestamos voluntad para huir de las ocasiones que llevan a él, olvidémonos de gozar una Navidad interior que sólo se da cuando tú y el Niño Dios pueden conversar íntimamente en medio de la paz y caridad, que son frutos de la Gracia Santificante.
¿Cómo disponer tu alma hacia la conversión a la que nos invita el Adviento?
Primeramente, hay que cerrar los sentidos al mundanal ruido lo más que podamos. Y aunque casi no podemos sustraernos de la vorágine de la época navideña profana, sí podemos, por ejemplo, mortificar un poco la vista (evitando escenas inapropiadas); el olfato (dejando unos días perfumes y lociones); el oído (sacrificando la música de nuestro gusto; el tacto (posponiendo placeres sensuales, aun los legítimos) y, finalmente, el gusto (dejando de beber algunas bebidas o bocadillos de nuestro gusto).
Y si queremos prepararnos espiritualmente, aunque sea un poco más, empezemos por rezar cada día, aunque sea un misterio del Santo Rosario o, de preferencia, todo. La meditación de los Misterios nos facilitarán un buen examen de conciencia para hacer una sincera y sentida Confesión, arrepentidos de nuestras miserias. Y así, una vez libre de pecados, el alma estará en condiciones de albergar, cual pesebre humilde pero limpio, al Niñito Dios. ¡Qué dicha recibir en la Comunión de la Misa de Noche Buena (de "gallo"), al Salvador de todos! …!A mi Salvador!
Estimado lector, considera que, entre los 365 días del año, apenas tenemos 64 días (40 de Cuaresma y 24 de Adviento) para hacer una pausa en nuestras vidas, intentar corregir nuestros yerros y ser mejores cristianos. Y de esos 64 días al año, ¿cuántos los dedicamos siquiera a hacer un poquito de penitencia como nos lo recomienda la Santa Madre Iglesia?...
San Juan Bautista, en este Tercer Domingo de Adviento, nos insiste en que antes de recibir a Jesús, debemos arrepentirnos y corregirnos. Qué claras son las palabras de este austero y santo Precursor de Cristo: "¡Enderezad el camino del Señor!".