DÍA DE TODOS LOS SANTOS
DÍA DE TODOS LOS SANTOS
Dentro de la conmemoración del 1 de noviembre, día de todos los Santos, según una antigua tradición, se recordaba en especial, a los niños que han muerto, y el día 2 de noviembre a todos los difuntos adultos. En este día, en especial, en que se recuerda a los niños que han muerto, hay que diferenciar entre bautizados y no bautizados. Los primeros no tienen problema, van directamente a la presencia de Dios; los segundos, de acuerdo a la Tradición, van al Limbo, un lugar de felicidad perenne, pero sin la contemplación de Dios.
Ahora, en las nuevas teologías, algunos dicen que estos niños se acogen a la Misericordia de Dios y que el Limbo no existe. En el pasado se sostenía que también era el lugar de los justos no bautizados, como Platón o Aristóteles; al menos así lo concebía el Dante.
Hay que recordar que sería este lugar donde irían los niños no nacidos, es decir, los que sufrieron la violencia del aborto que, por lo que se ve, sería el lugar más concurrido. Para Dios, no hay imposibles. Si la suprema Sabiduría pondera que ellos, los niños abortados, son mártires involuntarios y a Él le place, irán también al Cielo, ya que fueron víctimas del egoísmo humano y el furor satánico. Debe haber millones y millones de estas pobres almas que no tuvieron la oportunidad de demostrarle a Dios su amor por Él. Lo que es seguro, es que sus victimarios, padres y médicos, han de estar sudando en el infierno al ser considerados sicarios de la maldad humana.
Así pues, el día 1 de noviembre, reza por estas almas desafortunadas para que Dios los tenga en su presencia y les abra las puertas del Paraíso.