DIÁLOGO

DIÁLOGO

"¿No estoy aquí Yo, que soy tu Madre?

¿No estás bajo mi sombra y resguardo?

¿No soy yo la fuente de tu alegría?

¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos?

¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?"

Estas palabras consignadas en el Nican Mopohua, son de extrema actualidad en este momento para nuestra Patria. Es el eco de los siglos, de una Madre protectora contra toda aflicción de los mexicanos.

Estamos pasando por un momento programado por el infierno y sus acólitos. La falsa pandemia, la destrucción de las fuentes de trabajo, la pobreza, el hambre y la carestía nublan el buen juicio con el miedo y la incertidumbre.

¿Somos creyentes o no lo somos? Si lo primero, ¿por qué angustiarnos? ¿Qué nos preocupa el futuro si estamos bajo la sombra y el resguardo de nuestra madre celestial?... ¿Tenemos necesidad de alguna otra cosa?

Al tiempo... no se saldrán con la suya y tomemos este "ayuno espiritual" para fortalecer nuestra fe. ¡Salgamos ya a la calle, volvamos al trabajo y exijamos la apertura plena de los templos considerados una actividad no esencial! Forcemos a nuestras autoridades para acabar con esta locura.

¿Vale más la salud y la economía que nuestra salvación? Ante esta mayúscula mentira, pidamos y roguemos a nuestros pastores más entereza y que la Virgen fortalezca su carácter para oponerse a esta medida que mantiene al pueblo de Dios sin Bautismo, matrimonios, auxilio en la muerte y ayuno del Cuerpo y Sangre de nuestro Salvador.

¡Queremos la Santa Misa! Y no nos conformemos con la "virtualidad" de la misma.

¿Qué prefieres? ¿A la persona amada a tu lado o a una foto en la cartera?

Si hay que luchar... ¡pues luchemos! ¿Qué podemos perder? Pero hay mucho qué ganar. Somos mexicanos, el pueblo elegido por la Santísima Virgen de Guadalupe para vivir entre nosotros. No avergoncemos a nuestra Madre por el miedo.

Pidámosle la conversión de los malos mexicanos que se han vendido a un poder extranjero para hollar con sus ideologías el santo patrimonio de la nación mexicana.

Ya salgamos del marasmo... y entonemos el más dulce de los cantos, el dedicado a Santa María de Guadalupe. ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?

SAPIENTIA LDI

EDITORIAL