EL ARTE Y LA NAVIDAD

EL ARTE Y LA NAVIDAD

Uno de los motivos artísticos más abordados en el arte, ya sea, en la pintura, la escultura, poesía o música, es, sin duda, la Navidad. Ese momento glorioso en que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad se encarnó en el vientre de la Purísima Virgen María, y Jesús, el esperado Mesías del pueblo de Dios, se apersonó entre nosotros.

Este hito en la historia de la salvación ha sido el pasaje más socorrido de la redención de las naciones.

Todos, desde niños, conocemos el pasaje del Belén, sus vestidos y costumbres gracias a la iniciativa de tantos artistas que se enternecieron al contemplar el pasaje del Nacimiento del Niño Jesús en la plenitud de los tiempos.

La figura solemne de Dios, presentado a la humanidad como Salvador en figura de un niño recién nacido estimula la creatividad, conmueve el corazón y esto, salta del pecho por la emoción de conocer al Niño Dios.

Los artistas han representado durante siglos este pasaje con dibujos, pinturas, relieves, frescos, esculturas, sinfonías y poemas. Todo este material dispone al corazón para glorificar este acontecimiento. Los elementos básicos son la cueva o el portal de Belén, el borrico, la vaca, los borreguitos, el gallo, el frío nocturno, el vaho de la vaca cerca del pesebre para calentar el Niño Dios, los ángeles cantando el Hosanna en un mágico coro celestial y, principalmente, a la Virgen y San José adorando al recién nacido, fruto del amor de Dios por los hombres, al otorgarles un Salvador para acercarlos a la divinidad, después del pecado original. Falta también la estrella guía hacia Belén, que iluminó este gran momento para la humanidad.

El apogeo de los Belenes fue, sin duda, en tiempos de San Francisco, en el siglo XIII, al hacer por amor una representación con los aldeanos y replicar este momento estelar en la historia, en las cercanías de Asís. Su ejemplo, se hizo costumbre en el pueblo de Dios, y este Nacimiento nos acompaña todos los años desde entonces, replicando cada familia, en su casa esta escena.

Cada año, el 24 de diciembre, las familias católicas del mundo se reúnen alrededor del Nacimiento para dar gracias por semejante regalo para la humanidad, experimentando en cada hogar, una alegría sobrenatural por este acontecimiento, en el corazón de las familias. Después de la adoración del Niño Dios, la gente celebra con una gran cena su Nacimiento, donde todo es pura algarabía.

Este espíritu de la Navidad produce en este tiempo, que los hombres sean más amables y la bondad surge espontáneamente del corazón de cada uno; compartiendo con los que menos tienen la cena y el espíritu de paz que inunda esta festividad.

¡Prepárate! Estamos a un mes de la noche más gloriosa de la historia … ¡Vívela, adornando su representación, cantando un villancico, recitando un bello poema en honor al Niño Jesús una obra de arte sobrenatural dada a los hombres de buena voluntad!