EL CONFORT
EL CONFORT
Todo en la modernidad se ha diseñado y se diseña ... para el confort. Para esa aspiración de bienestar cuando no hacemos nada; calcetines confortables, con zapatos blanditos que parezcan un guante, gafas para que no nos lastimen los maléficos rayos UV, la mejor porcelana para nuestros dientes postizos, que aguantan todo y hasta ahora parece que son propios, aire acondicionado en el auto, en la casa y en la oficina, para no perder la atención por el cambio de temperatura.
¡Aahh! Y las camas ...uuch... unos colchones que parezcan nubes, que nada nos moleste, ni brinco, ni costura, todo confortable ... la cremita para la resequedad de la piel, el shampoo para nuestra blonda cabellera, y la más avanzada tecnología en pestañas, uñas y nuestro smartphone, ¡que ya casi piensan solos!
Es así, con estas aspiraciones de confort, es como hemos perdido la fortaleza corporal, espiritual y moral.
¿Dónde está el hombre, que se fortalecía con el ayuno, el dolor, el trabajo y la oración?
Ahora es casi imposible; parece que estamos en la época de Diógenes: buscamos, pero no encontramos.
Todo nuestro entorno conspira contra el yunque donde se forjan los hombres, los héroes y los Santos.
Ahora todo es oropel, simulación, blandito y aparente.
Reza un dicho popular: "Detrás de un gran hombre ... hay una gran mujer", pues ya no hay hombres, ni mujeres con espíritu de lucha contra el mundo, de sacrificio en favor de los demás, comprensión para nuestras faltas, apoyo para nuestras empresas ... nos quedamos viendo tele en el sillón de nuestro confort.