GUADALUPE … HOY Y SIEMPRE
GUADALUPE … HOY Y SIEMPRE
Entre los grandes onomásticos decembrinos, está el más importante para nuestra nación mexicana … ¡el cumpleaños de la Virgen de Guadalupe! …
La Señora … la mujer por excelencia, que bajó del Cielo para ser la mediadora de la gracia del Señor, su Hijo Santo.
Entre sus deberes en esta tierra mexicana, es la de ser Nuestra Madre, subrayado este Misterio como la más grande ocupación de Nuestra Señora del Tepeyac.
¿Quién no ha recurrido a ella, cuándo el dolor nos tensa y la voluntad enflaca? … ¿y? … el resultado es siempre, una luz en nuestras tinieblas.
Ella … la inviolada, la Madre del Verbo de Dios, se pone a nuestras órdenes para enjugar las lágrimas, nos da fortaleza donde la debilidad ataca, nos da amor y esperanza para el futuro.
Con todo esto, hay quienes la atacan en una forma gratuita … sin recibir las monedas de plata de las logias … simplemente, por quedar bien con uno mismo … y estamos prontos a desconocer su originalidad y procedencia… simplemente lo negamos, por algún capricho no ha concedido en el pasado.
En este mundo presente, la juventud ha perdido la brújula y navega en las tormentas de la vida, sin rumbo ni esperanza.
Y todo ¿por qué? … para satisfacer nuestro egoísmo y rechazar la veleta que nos marca el rumbo.
Su invitación a la oración se nos resbala y no vemos su corazón cómo sufre, cuando al juntar sus manos, no aceptamos su invitación a glorificar a su Divino Hijo, que nos redimió de nuestros pecados y nos abrió la Gloria, para ser felices por siempre jamás.
¡Hay que ser Malos, con M mayúscula, para rechazar tantas bondades de Nuestra Señora para con el pueblo mexicano! … nunca se había visto tanta mala fe … ¿Será por lo que se le rebeló al papá León XIII? … me refiero al permiso que concedió el Señor al diablo, para extraviar a los cristianos durante 100 años … ¿será eso? … ¿una estratagema diabólica? o el aflojamiento de nuestras virtudes, qué van desapareciendo y quedamos a la merced del enemigo que desafió a Nuestro Dios.
Diablo, flojera, egoísmo, falta de amor filial, malas lecturas, o amigos que no lo son … vaya usted a saber … pero, ni Dios ni su Santa Madre caben en nuestro corazón.
¡Ya quisieran otros pueblos tener el privilegio que Dios nos ha entregado! y nosotros … ¿lo rechazamos?
Quiero pensar que no es nada de lo anterior, sino, solamente "un amor cansado", que no se ha revitalizado con la oración, la extraordinaria vitamina G, para el corazón.
Si ya se te olvidó rezar… pídele a mamá que vuelva a acompañarte, como cuando eras niño y te habilite el corazón, para que se abra de nuevo el amor. Jesús y la Virgen de Guadalupe son nuestra fortaleza en estos tiempos aciegos, en que corremos el peligro de condenarnos eternamente.
¿Para qué tanta violencia? … mejor hagamos caso, de la oración nunca ha salido algo malo. Al revés, cada cuenta de Rosario es una rosa que se abre en el corazón de Nuestra Señora de Guadalupe. Ella nos lleva a Jesús, con el perfume de sus flores.
¡Déjate llevar de la mano que meció la cuna de Belén!