HABLANDO DE "PERRHIJOS"
HABLANDO DE "PERRHIJOS"
Cuando hablamos de animales domésticos, se nos viene a la mente la imagen del perro. Esta mascota que, por su comportamiento empático, cariñoso y fiel, se vuelve de la preferencia de las familias ya que es una buena compañía y se disfruta de su presencia. Aquéllos que son amantes de los perros, los consideran "los mejores amigos del hombre".
Tan es así, que este pasado 21 de julio se acaba de celebrar el "Día mundial de los perros", en el cual se enfatizan sus cualidades y tratan de sensibilizar sobre el maltrato que en muchas ocasiones sufren, para tratar de erradicarlo y así promover su bienestar.
Vemos cómo este día organizan actividades especiales para mejorar la calidad de vida de los perritos, este año se llevó a cabo el Can Fest 2024 en CDMX, donde ofrecían vacunación y desparasitación gratuita, adopción y lugares considerados pet frendly ofrecieron a bajos costos sus servicios, etc.
Todo esto esta muy bien ya que los caninos, al ser parte de una familia, se les debe procurar su bienestar. Sin embargo, vemos una tendencia a que estos animales domésticos sean los sustitutos de los hijos, equiparándolos hasta llamarlos "perrhijos."
Ahora consideran un "nuevo modelo de familia" la integrada por los cónyuges y sus perrihijos. Los dueños de estas mascotas dicen que darían su vida y todo por ellos, como si su vínculo afectivo fuera igual de fuerte que aquél que se da con los hijos; un ser humano con potencias, talentos y heredero de cualidades físicas, conductuales y cognitivas. Totalmente diferente a un perro.
Vemos con preocupación países como España, donde su tasa de natalidad es tan baja, que a pesar de la implicaciones de no tener una generación de reemplazo suficiente, esta tendencia de "perrhijos" está tan afianzada, que según la RTVE (Radiotelevisión Española), en 2022, en España, había más de nueve millones de canes frente a los menos de siete millones de menores de 15 años; su integración en las familias va en aumento, y es común ver custodias compartidas, aparecen en testamentos y se les despide en velatorio.
Éste es un ejemplo claro que nos están cambiando el chip, porque en nuestro país, ya se ve algo similar; hasta a los perros ya los traen en carriolas. Estamos, se dice, en la "era de los perros berrinchudos", que por este trato excesivo de atención los estamos perjudicando en su propia naturaleza.
¿Será normal que una pareja prefiera perros que hijos? … ¿Será comodidad? … Es decir, a un perro no hay que formarlo y enseñarlo a razonar, a ejercer un juicio, a diferenciar lo bueno de lo malo, se le invierte menos dinero, y, en fin, y no hay que dar cuenta de ellos.
Para aquéllos que están considerando mejor a los perros que a los hijos, que no se les olvide que uno de los fines del ser humano es trascender y se trasciende no sólo con las obras propias, sino, con los hijos que son un reflejo y huella de nuestro andar en este plano terrenal, con vistas a la eternidad.
Los perros, al ser creaturas de Dios, tenemos que cuidarlos y quererlos, pero no tienen la misma dignidad de un ser humano, que Dios hizo a su imagen y semejanza con entendimiento para poder seguirlo, conocerlo y amarlo aquí y en la otra vida.