¿ES LO MISMO HEREJÍA QUE SACRILEGIO?

Uno de nuestros lectores nos hace esta pregunta. Aprovecharemos esta ocasión para aclarar algunos términos relacionados: herejía, cisma, apostasía y sacrilegio.
Una herejía la comete un bautizado que niega con pertinacia algún dogma de fe. En cuanto a la herejía tenemos que hacer tres aclaraciones:
- Son herejes únicamente los que fueron bautizados y aceptaron la fe cristiana, por boca propia o por medio de sus padrinos de bautizo. Es decir, un musulmán no es un hereje, como tampoco un budista o un judío. Para ser hereje la condición primaria es que sea bautizado.
- Niegan una o varias de las verdades reveladas por Dios, definidas por la Iglesia como dogmas. Un ejemplo de herejía correspondiente con esta característica es la de los protestantes, porque sí son bautizados, pero niegan varios dogmas de fe.
En la actualidad circulan muchas herejías entre los católicos, por lo que es conveniente mencionar las más graves:
- Negación de la divinidad de Jesucristo. Dicen que fue un gran hombre, pero no Dios.
- Negación de la Transubstanciación, misterio por el cual la Hostia consagrada se convierte en el Cuerpo de Cristo, juntamente con su Sangre, Alma y Divinidad, por medio de sacerdote debidamente ordenado.
- La negación de la existencia del cielo o del infierno.
- La afirmación de que todos los hombres nos salvaremos, sin importan nuestras obras, buenas o malas, o nuestra religión.
- La afirmación de que todas las religiones conducen a Dios, a la salvación.
- La negación del juicio final.
- Quienes afirman que no es necesaria la Gracia, ni los Sacramentos para salvarnos; basta con que la gente se porte bien y no cometa delitos graves.
- Los que niegan que la Santísima Virgen es la Madre de Dios.
- Que el hereje niegue el dogma de fe consciente y repetidamente; que sea pertinaz, que persista en el error. Si una persona cae en un error por ignorancia, o por decir algo de manera superficial, no se le puede considerar hereje en todo el sentido de la palabra. Hereje es el que conscientemente y repetidamente niega uno o varios dogmas de fe.
De manera automática, sin necesidad de un juicio eclesiástico, el hereje queda excluido de la Iglesia; es decir, cae en excomunión.
Un cismático es aquél, que, sin incurrir directamente en una herejía, se rehúsa obedecer al Romano Pontífice. Pero también aquí hay tres condiciones:
- Que el Papa sea legítimamente electo, que no haya duda respecto al cumplimiento de las condiciones necesarias para ser electo Pontífice.
- Que lo que ordena no sea contrario al Magisterio de la Iglesia, a la Doctrina. Si un Papa ordena algo contrario a los dogmas ya definidos, no hay cisma si se le desobedece; por el contrario, existe la obligación de corregirle y de no obedecerlo en ese mandato contrario al depósito de la fe.
- El Papa, como cualquier persona, se puede equivocar al hablar de temas diversos, especialmente si no corresponden con su función. Solo es infalible en el Magisterio Extraordinario, cuando declara solemnemente la asistencia del Espíritu Santo, y habla en materia de Fe y de Costumbres.
Si el Papa emite su opinión sobre el clima, la política, o la economía, se puede equivocar. Aún si habla sobre fe y costumbres, pero no declara la asistencia del Espíritu Santo, o si no lo hace solemnemente, como Vicario de Cristo. Entonces no es obligatoria la obediencia.
Si hay alguna duda respecto a estas tres cuestiones, en conciencia, no puede declararse el cisma.
El cismático, al igual que el hereje, queda fuera de la Iglesia, excomulgado.
El apóstata es aquél que, siendo bautizado, reniega de su fe, deja de ser católico, por convencimiento o incluso por conveniencia.
Recientemente ha habido algunos movimientos, realmente llamativos, en los que un grupo de bautizados han solicitado que se les borre de la lista de bautizos de su parroquia, porque ya no quieren ser católicos. Esto sucedió en España, pero también en México y otro países de Latinoamérica. Este es un ejemplo claro de apostasía. De hecho, es España el país que lidera la apostasía en los países occidentales. https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=52052 .
Pero el caso más extraño o quizás más ridículo, es el certificado de apostasía que ha expedido la diócesis de Mendoza, en Argentina. Y es inútil, porque la huella que deja el Bautismo es imborrable. https://www.infocatolica.com/blog/fidesetratio.php/1010070637-pues-parece-que-existen-los-c
Hay otros ejemplos, como en el caso de la iglesia alemana, en donde los católicos pagan un impuesto a la iglesia y, para no hacerlo, han pedido que se les excluya de la lista "oficial". Éste es un caso atípico porque, en prácticamente todos los demás países, las contribuciones a la Iglesia son voluntarias. En el caso de los alemanes que piden salir de la lista oficial, habría que ver si el motivo es simplemente económico, pero siguen practicando la religión, o si realmente, en consciencia, dejan la Iglesia, apostatan.
Pero también se puede hablar de apostasía en el caso de muchos católicos que dejan de practicar lo que la Doctrina les obliga y se alejan de la Iglesia, y se pierden en la incredulidad.
Los apóstatas también quedan fuera de la Iglesia.
Un sacrílego es alguien que profana a una persona, un lugar o una cosa sagrada. El sacrílego puede ser o no, un bautizado. No depende tanto de que la persona crea o no en lo sagrado, sino en el acto objetivo de profanar algo que la Iglesia considera sagrado.
Una persona comete sacrilegio cuando agrede verbal o físicamente a un sacerdote o persona consagrada. Lo mismo sucede cuando se profana un lugar santo, por ejemplo, un templo. Se profana cuando se utiliza con fines distintos y sobre todo, ofensivos a Dios. Y se comete un sacrilegio mayor cuando se profanan los vasos sagrados: el cáliz de la consagración o el copón que contiene a las Hostias Consagradas.
Los sacrilegios suceden con demasiada frecuencia: vestidos inapropiados utilizados dentro de los templos (por ejemplo, minifaldas, microfaldas o grandes escotes en las mujeres). De la misma forma sucede cuando el altar se usa para un fin distinto y contrario a su objetivo, que es el altar del Sacrificio; también cuando el sacerdote falta al celibato; cuando el templo se convierte en un teatro o sala de conciertos, especialmente si son distintos de sus fines religiosos, etc.
Pero, sin duda, el sacrilegio más grande es la profanación de la Eucaristía, que se da no solamente cuando alguien la roba y la lleva para cometer ultrajes, especialmente satánicos, sino también cuando una persona comulga sin estar en gracia de Dios, sin haberse confesado.
Los sacrilegios, dependiendo de su gravedad, constituyen un pecado, casi siempre mortal. Pero algunos de ellos, como la profanación de la Eucaristía con el fin de ultrajarla, es causa inmediata de excomunión. Dice el Código de Derecho Canónico:
Quien arroja las especies consagradas o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega, incurre en excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica; el clérigo, además, puede ser castigado con otra pena, incluso la expulsión del estado clerical.
Latae sententiae quiere decir de forma automática, sin necesidad de un juicio o una notificación oficial; reservada a la Sede Apostólica, significa que el único que puede perdonar este pecado es el Papa, o alguien autorizado por él.
Hay una noticia aparecida el día de ayer. No comparto el gusto por el rap, ni conozco la trayectoria de la rapera congoleña, Theodora, pero en lo que sí estoy de acuerdo es en su decisión de no participar en un concierto que se celebraría en la Colegiata de San Martín. Fue muy clara en su negación: Me es imposible tocar en un lugar sagrado. Bien por ella. https://www.aldomariavalli.it/2025/04/08/la-lezione-della-rapper-scopre-che-il-suo-concerto-dovra-tenersi-in-una-collegiata-e-dice-non-posso/