¿TODAS LAS RELIGIONES SON MEDIOS DE SALVACIÓN?
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No. No es posible… Para contestar con fundamento a esta pregunta, es necesario responder primero a dos cuestionamientos previos. ¿De qué religiones estamos hablando? ¿Qué entendemos por salvación?
Iniciemos con la primera pregunta. Para ello, agruparemos las religiones en dos grandes categorías: las religiones que buscan su fin en este mundo (inmanentes) y las que ponen su mira en una vida futura, después de la muerte (trascendentes).
Entre las religiones inmanentes encontramos algunas que prescriben una serie de normas para vivir bien, en un ambiente de fraternidad y tolerancia, y en armonía con la naturaleza. Estamos hablando de religiones como el budismo, el sintoísmo y el confucionismo. Su fin es lograr una "plenitud" en la persona y un equilibrio con el cosmos. Estas son religiones inmanentes, porque finalmente lo que buscan lo pueden encontrar en este mundo. Pueden incluso hablar de espiritualidad, pero es entendida como una forma de "energía" que se encuentra en el universo.
En este grupo, hay algunas religiones que tienen como fin lograr el dominio personal y social, e incluso, el poder económico. Aquí podemos incluir algunas religiones y cultos que tienen un objetivo material más que espiritual, como la Dianética o Cienciología y algunas religiones de corte protestante, que creen que Dios les ha marcado un destino manifiesto para gobernar el mundo y están predestinados para ser salvos. Esta creencia también la encontramos en algunas ramas del judaísmo, que priorizan el poder y la riqueza, más que su trascendencia espiritual. Se consideran el pueblo elegido de Dios. Aunque pueden considerar una vida sobrenatural, sus prioridades se concretan el poder y la riqueza. También las consideraremos como inmanentistas, porque su fin se alcanza en esta vida.
Algunas religiones más -de esta categoría- ponen su meta en la reencarnación, en seres cada vez de mayor perfección, hasta llegar a hacerse uno con el cosmos, como el hinduismo o el budismo. Aunque ya incluyen la creencia en la vida después de la muerte, la vida sigue en el mundo terrenal, o, finalmente, en un cosmos psicofísico.
Hay también algunas religiones que tienen como objeto de adoración los seres y fenómenos naturales, e incluso algunos valores propiamente humanos, y el motivo del culto es lograr que los dioses sean benignos, concediéndoles, lluvia, buenas cosechas o incluso amor y felicidad. También las consideramos religiones inmanentes, porque su fin se concreta en el mundo.
El otro grupo de religiones que podemos considerar trascendentes, son aquéllas en que su fin sobrepasa la existencia en este mundo, y aspiran a alcanzar una felicidad eterna. Sus características básicas son: a) consideran este mundo como una etapa transitoria, pero necesaria, para acceder a una vida eterna; b) afirman la existencia de un mundo espiritual, totalmente distinto del material, no sujeto al espacio y al tiempo, y c) incluyen en su doctrina la idea de que la felicidad no se alcanza en esta vida, sino que es necesario vivir bien moralmente e incluso proponen el sufrimiento como un medio para alcanzar la vida eterna. Entre éstas podemos ubicar al Cristianismo, al Judaísmo y al Islamismo.
Sin embargo, la idea de la felicidad eterna difiere en estas tres religiones. Para los musulmanes, el cielo es un jardín pletórico de goces o placeres "divinos", muy semejantes a los humanos: lugar paradisiaco, con mujeres, vino y otras formas de disfrute.
Para los judíos, si bien el concepto de cielo difiere según las distintas tradiciones, por lo general consideran que la felicidad eterna radica en retornar al Jardín del Edén, al Paraíso perdido por Adán y Eva. Creen que el alma humana resucitará corporalmente con la venida del Mesías (no aceptan a Jesucristo como el Mesías; esperan a uno distinto).
Para los cristianos el cielo es un lugar de eterna felicidad donde Dios recompensa a los buenos. Consiste en estar con Dios y gozar de su presencia, lo que resulta en una felicidad eterna. Más propiamente, el P. Faría[1] lo describe con tres características: la visión beatífica de Dios, en el amor beatífico, y en la posesión de todo bien y la ausencia de todo mal.
Estas tres religiones también incluyen la posibilidad de ir al infierno, un lugar de castigo eterno, a donde van los condenados, los que no se salvan.
Una vez que hemos respondido a la primera pregunta, pasemos a la segunda: ¿Qué se entiende por salvación?
Si por este término entendemos la felicidad y armonía en este mundo, o en el cosmos, entonces la "salvación" se pudiera encontrar en una religión inmanente. Pero si la salvación consiste en alcanzar la vida eterna, la felicidad perenne, entonces hay que buscarla en las religiones trascendentes. Las religiones trascendentes ponen la felicidad eterna más allá de este mundo terrenal.
Una "salvación" de carácter inmanente no es una verdadera salvación. No lo es, porque no hay una verdadera justicia, pues buenos y malos terminarían de igual forma al acabar la vida, y porque la salvación también es efímera, se agota en este mundo, con la muerte.
Entonces, ¿todas las religiones trascendentes ofrecen la salvación eterna? La respuesta es NO. Hay un principio de la Lógica que dice que, si dos o más proposiciones sobre el mismo tema afirman cuestiones distintas y contrarias, todas no pueden ser verdaderas; unas serán falsas y otras verdaderas, o todas falsas, pero no todas verdaderas.
Hay varios criterios para valorar la veracidad de lo que afirma de cada religión:
El primero criterio es verificar quién es su fundador. La religión judía se quedó con las enseñanzas de Moisés, uno de los más grandes profetas de Israel, por lo que también se conoce como religión "mosaica". Pero ignora la Revelación de Cristo, que complementa y supera por mucho lo enseñado por Moisés. En su doctrina hay un desprecio por lo gentiles, por los no judíos, lo que nos lleva a cuestionar su validez en la salvación de toda la humanidad. Si sólo los judíos son sujetos de salvación, entonces los no judíos estamos perdidos de antemano. No hay justicia en una consideración como ésta.
El islamismo fue fundado por Mahoma, en el S. VII de nuestra era cristiana. Persona inteligente, culta y sin duda carismático. El islam aglutina diferentes creencias ya presentes en las religiones ya presentes en su tiempo. Mahoma afirma que se las reveló Alá (Dios). Pero las creencias del islam carecen de una estructura coherente y armónica, y su doctrina suele estar acompañada por el odio a los no creyentes, que, entre otras cosas, se manifiesta en lo que ellos llaman el "yihad" o "guerra santa", que consiste en suprimir o eliminar a los no creyentes. Además, resulta frecuente que esta religión sea impuesta por la fuerza. El odio, como doctrina, descalifica la bondad de una religión.
El protestantismo, en su inicio, fue fundado por Martín Lutero, en el S. XVI. Básicamente afirmaba dos cosas diferentes de la tradición católica: la libre interpretación de las Sagradas Escrituras y la salvación solo por la fe. Debido a la libre interpretación de la Biblia, empezaron a surgir iglesias o sectas particulares que afirmaban o negaban distintos dogmas, tal como eran interpretados por los lectores-fundadores. Esta interpretación libre de las Sagradas Escrituras dio origen a una multiplicidad de iglesias o denominaciones protestantes. Actualmente encontramos cerca de 50,000 derivaciones del protestantismo. La mayoría de ellas tiene, al igual que la Iglesia Católica, el bautismo, pero no todos los demás sacramentos y, menos, el Santo Sacrificio de la Misa. Además, centran su práctica religiosa sólo en la fe, ignorando la necesidad de las buenas obras para la salvación. Hay dos grandes problemas con esta religión. La primera es la de establecer cuál o cuáles de todas las iglesias protestantes están en la verdad (si lo estuvieran). La segunda, es que la sola fe como medio de salvación también rechaza el concepto de justicia, pues no importan las acciones de los hombres, si fueron justos o injustos, buenos o malos; la fe en Cristo sería suficiente para su salvación.
El Cristianismo y particularmente la Religión Católica, fue fundada por Nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Esto significa que tiene un origen divino. ¿Cómo sabemos que Jesucristo es el hijo de Dios?
Primero: Probó su divinidad tanto en el cumplimiento de todas las profecías que sobre Él se escribieron por más de 2,000 años. En la Biblia hay muchas profecías sobre la venida del Mesías[2], y en Jesucristo se cumplieron todas. Nacería en Belén (Miqueas, 5,2 S. 700 años a. C.); de una Virgen (Isaías, 14, 14, 800 años a. C.); sería la luz para los gentiles (Isaías 49 5 y 7); traicionado por un amigo (Salmos 41, 9 más de 1,000 años a. C.); sería vendido por 30 monedas de plata (Zacarias 11, 12, 400 años a. C.); moriría en la cruz (Salmo 22, 6); resucitaría de entre los muertos (Isaías 53 9-10); etc. Según la Web de FirmIsrael, ¡en Jesús se cumplieron 324!
Segundo. Por la perfección de su doctrina, centrada en el amor a Dios y al prójimo. En las enseñanzas de Cristo no hay alguna que se pueda refutar, ni presenta contradicciones. Muestra un camino claro para alcanzar la santidad. En las religiones judía e islámica no es así.
Tercero. Por los milagros. Los milagros son hechos que sobrepasan las leyes naturales (por eso se describen como hechos sobrenaturales). No pueden explicarse por esas leyes naturales ni por la intervención del hombre. Nuestro Señor Jesucristo realizó innumerables milagros durante su vida pública. Los Evangelios relatan cerca de 40, pero sin duda fueron muchos más. Los milagros realizados por Jesús están documentados históricamente. El más importante de ellos fue su propia Resurrección.
Pero los milagros no se agotan en los relatos evangélicos. Muchos milagros fueron realizados por los Apóstoles, sus seguidores, pero no por un poder propio, sino que fueron realizados en el nombre de Jesús. ¡Y qué decir de los innumerables milagros realizados por intercesión de la Santísima Virgen y los santos! Se cuentan por miles, pero todos realizados por Cristo, a petición de su Madre y de sus fieles seguidores.
Hay que distinguir entre los milagros y los hechos naturales para los cuales el hombre no tiene explicación. Estos últimos se podrán explicar por las ciencias; pero lo sobrenaturales rebasan la razón humana. Por eso la Iglesia es muy cauta en el reconocimiento de un verdadero milagro. Como ejemplo, pueden consultarse los criterios que la Oficina Médica de Lourdes, en Francia, tiene para reconocer un milagro[3]
Finalmente llegamos a la pregunta inicial: ¿Todas las religiones son medios de salvación? La conclusión es clara. No. No todas tienen los medios para alcanzar la salvación.
Las religiones inmanentes ofrecen una "salvación" que no lo es propiamente, pues se termina con la muerte de la persona, o, en todo caso, con el fin del universo, que seguramente terminará, pues todo lo que tiene un principio, tiene un fin.
Dentro de las religiones trascendentes, vemos que tanto el Islam como el Judaísmo, así como el Protestantismo, distan mucho un concepto de religión verdadera, considerando la integridad y armonía de su doctrina. Además, incluyen el desprecio y el odio como verdad fundamental. El odio al prójimo elimina la posibilidad de que se trate de una religión buena, en un sentido moral.
Solo queda una religión donde es posible la salvación: la Religión Católica, fundada por Dios mismo, no por hombre alguno. Además, posee todos los medios necesarios para alcanzar la salvación, especialmente los sacramentos, pero, sobre todo, la Santa Misa, el mismo Sacrificio de la Cruz que se ofrece al eterno Padre por la salvación de los hombres.
Aunque la justicia de Dios dictará la sentencia final, podemos afirmar que quienes optan voluntariamente por una religión diferente de la Católica, de antemano están destinados a la condenación eterna.
[1] Faría, R. 1999. Curso Superior de Religión. UAG. Folia Universitaria. (Facsímil de la edición de 1955).
[2] Bernis, J. 31 de enero de 2015. ¿Cuántas profecías mesiánicas cumplió Jesús en las Escrituras? FIRMIsrael. https://firmisrael.org/learn/how-many-messianic-prophecies-did-jesus-fulfill/
[3] Ginés, P. L. 23 mayo 2024. Lourdes: ¿cuándo una curación es milagrosa? Los 7 exigentes criterios, explicados por su responsable. Religión en Libertad. https://www.religionenlibertad.com/cultura/724885355/lourdes-curacion-milagrosa-exigentes-criterios-responsable.html