CONFESIONES
Hace una semana que mi conciencia me acosa constantemente, no descanso mentalmente, trato de concentrarme en mi trabajo y no puedo, veo algún programa de televisión, un partido de la selección, una carrera del Checo Pérez, hasta me fumo un cigarro y nada, mi conciencia no encuentra reposo y es por eso que he decidido hacer una confesión pública: soy un "aspiracionista". ¡Que desgracia!
Y si la confesión de tal maldad la hago ante la opinión pública ¿por que no hacerla también ante la Gran Guía, ante el "Inmaculado"? Sr. Presidente comienzo pues el mea culpa, la confesión:
- Siempre creí que la superación personal era algo positivo, mejorar en lo cultural, en lo económico y en lo social.
- Superar mi ignorancia en diferentes temas del quehacer humano ha sido una constante en mi vida.
- Estudié una carrera universitaria, confieso que cursé una maestría y quise hacer un postgrado en el extranjero aunque no lo logré, (ojalá y esto me sirva de tranquilizante).
- Con pena les digo que tengo más de un par de zapatos, tenis para hacer deporte y, con la cara roja de vergüenza reconozco que compré unas botas para hacer caminatas en el campo.
- De igual manera acepto tener más de un cambio de ropa.
- Compré un carro de agencia y al poco tiempo quería uno de alta gama, ¿tendré remedio? ¿alcanzaré tu perdón? Contéstame por favor ¡Oh Gran Guía!
- He asistido con frecuencia a restaurantes dónde he comido cortes finos y hasta me he tomado una que otra copa de buen tequila.
- Tengo un ahorro para hacer un viaje a Europa, -dicen que los viajes dan cultura-, pretendo visitar museos, intercambiar ideas con otras culturas, ampliar mi visión del mundo, ¿Esto también te molesta? ¿Cancelo mis planes? ¿Quieres mis ahorros?
- Me temo que a mis hijos los he los he influenciado demasiado y los he motivado para que sean buenos estudiantes, aprendan por lo menos un idioma extra al español, se superen y emprendan un negocio.
- ¿Alcanzaré tu perdón? Gran Jefe "Inmaculado", ¡Contéstame!. Son tantas y tan variadas mis faltas pero con las aquí manifestadas queda patente mi deseo muy formal de cambiar toda mi vida a la visión de la 4T.
Por último y bajo promesa de no perturbarte y menos contradecirte, pues ya sé que nadie te debe de cuestionar, poner en duda tu sabiduría, menos, que para eso eres el hacedor de realidades, que eres un humilde servidor del pueblo, que ya no te perteneces y que piensas por todos los millones de mexicanos aunque muchos ingratos siguen siendo aspiracionistas, te confieso con la mirada baja, que este servidor tuyo encuentra muy parecidas tus ideas sociales con las que imperan en Cuba, Nicaragua Venezuela y Corea del Norte.
Esos países deben ser el paraíso en la tierra, pues no hay aspiracionistas; la gente tiene un par de zapatos y un solo cambio de ropa, ni siquiera pierden su tiempo en pensar en ir a un restaurante, demuestran su patriotismo comiendo lo que le Estado les provee. No tienen ahorros, planes de progreso, planes de superación, ni deseos de prosperar en todos los aspectos, ¿Superación? ¿Quién habla de superación?, ¡Guacala!
Ya te entendí, aspiras a ser un Castro, un Chávez o por lo menos un Ortega, ¿que tal un Maduro?. ¡¿Sabes qué?!
Por el bien de México quiero seguir siendo un aspiracionista, quiero seguir luchando por prosperar, por mejorar mis condiciones de vida y la de los míos, quiero un México unido, sin odios ni rencores, quiero un México para todos.
Ya te vi "Inmaculado" ¡Una, dos y tres por mí y todos los Mexicanos!