Disney promete abandonar ideología "woke"

14.01.2025

El homicidio de George Floyd el 25 de mayo de 2020 en Mineápolis sacudió todos los cimientos del activismo social progresista. Su muerte fue el detonante que iniciaría una corriente aparentemente dirigida contra los abusos raciales, el movimiento woke, pero que terminó siendo el brazo armado de la amalgama del pensamiento dominante, desde la teoría crítica de la raza o el feminismo hasta el laicismo, la leyenda negra o los llamados derechos trans.

Empresas como Disney no dudaron en sumarse al boyante "movimiento woke" y su brazo ejecutor, la cancelación, lo que plasmaron sus directivos al asegurar que entonces era "más que nunca es el momento de fortalecer aún más nuestro compromiso con la diversidad y la inclusión. Tenemos la intención de seguir durante el tiempo que sea necesario para generar un cambio real".

Un discurso que en 2022 comenzó a moderarse, cuando el entonces CEO Bob Chapek aseguró que declaraciones institucionales como la descrita "hacen muy poco para cambiar las mentes".

Ahora, la militancia woke de Disney está cerca de quedar reducida a papel mojado, después de que el actual CEO Bob Iger haya remarcado que la misión de la compañía "debe ser entretener" y "no guiarse por una agenda": recientemente, Disney ha renunciado a imponer ese "cambio del mundo" a sus espectadores y cancelado el estreno de una historia transgénero, Win or Lose, que estaba previsto para Disney+ el próximo 19 de febrero.

Una decisión de tal magnitud, tomada por una compañía que siguen cada día decenas de millones de personas -ya sea en plataformas, películas, cines, parques…- genera dudas e incomprensión. ¿Qué ha motivado este cambio? ¿Por qué la directiva de Disney ha pasado de prometer la inclusión forzosa de personajes LGBT en sus cintas -pese a las pérdidas- a retirarlas de su agenda? ¿Es por intereses económicos, por política, por convicción…? Y sobre todo, ¿cuánto durará el cambio?

Lo cierto es que la incorporación de Disney al "pensamiento único" y adoctrinamiento woke se remonta incluso antes del origen mismo de lo woke y la cancelación.

En el año 2014, Disney protagonizó una sonora polémica a raíz de la serie Buena suerte, Charlie y su decisión de incorporar en ella a Susan y Cheryl, las "dos madres" de Taylor, la amiga de la protagonista. El objetivo, explicó uno de los responsables de las emisiones, era "reflejar los temas de la diversidad y de la inclusión" -también conocidas como políticas DEI, Diversidad, Equidad e Inclusión- pero el escándalo, lejos de ser por "reflejar" aquella situación, fue también la normalidad con que aquello fue recibido por el resto de personajes: "Ninguna sorpresa ni situaciones embarazosas. Ninguna discusión con los hijos sobre lo que ´significa´ todo esto", expresó el Wall Street Journal.

Lo que en un principio fue una aparición estelar, de segundos y excepcional no tardó en convertirse en la norma a partir de entonces. Desde aquella aparición comenzaron a surgir un sinfín de ejemplos que, por el momento, parecían dirigirse exclusivamente a la temática LGBT.

Se pudo ver en Stan contra las Fuerzas del Mal, también de Disney Channel, serie para menores que ya en 2017 era famosa por sus escenas de dibujos homosexuales, personajes transexuales e incluso la promoción de esta última tendencia: "No importa si es un chico -se dice del personaje trans-, nada de lo que nos ha dicho estaba equivocado". Otra afirma: "Él puede ser una princesa si quiere".

Las plataformas del gigante del entretenimiento, especialmente Disney + y Disney Channel, han funcionado como su principal medio de difusión de adoctrinamiento, relegando las películas a detalles sutiles y ocasionales pero con un gran peso específico.

Es el caso de Buzz Lightyear, estrenada en 2022, que mostró al público el primer beso homosexual de la compañía, de escasos 2 segundos pero generalmente visible, o de Mundo extraño, de noviembre de 2022, con una pareja abiertamente homosexual en la película. Su productora ejecutiva, Latoya Raveneau, reconoció haber implementado una agenda gay en la programación, así como contenidos queer:

"Nuestros jefes fueron muy acogedores con mi nada secreta agenda gay. Sentí un impulso, una sensación de que no tenía que tener miedo a que dos personajes (queer) se besasen. Añadía contenidos queer a la programación siempre que podía. Nadie podía detenerme", comentó en su día en un vídeo.

Otros rasgos de la doctrina woke, como la teoría crítica de la raza, se implementaron en reboots como el de La Sirenita, donde Latondra Newton contrató a una actriz negra para interpretar a la caucásica y pelirroja Ariel. Los batacazos de los contenidos en diversidad de Newton desembocaron finalmente en su despido el pasado 2023, tras seis años de producciones con su firma woke.

Contenido transgénero, gay, queer y de teoría crítica empezó a dominar todas las producciones infantiles como parte de una decisión aplaudida por los mandamases de la cúpula de Disney. Especialmente polémico y representativo de esta cohesión woke fueron las declaraciones prácticamente simultáneas de sus dirigentes en 2022.

Vivian Ware, gerente de diversidad e inclusión de Disney, reconocía como la compañía había eliminado todos sus "damas, caballeros, niños y niñas" de sus parques por considerarlos saludos de género: "Hemos entrenado a todos los miembros de nuestro elenco en este sentido, así que ahora saben que hay que decir `hola a todo el mundo´. Decimos `soñadores de todas las edades´".

Allen March, coordinador de producción de la compaña, también declaró su compromiso con la promoción de historias queer, y destacó por declarar formalmente la existencia de una "cuota" LGBT en las películas que debía ir al alza para crear suficientes "personajes no conformes con el género, personajes trans o bisexuales no convencionales".

En la línea de Ware y March, la presidenta de Disney General Entertainment Karey Burke, reclamó la importancia de normalizar el contenido homosexual: "Tenemos muchos, muchos, muchos personajes LGBTQI y, sin embargo, no tenemos suficientes narraciones en las que los personajes homosexuales simplemente se conviertan en personajes y no tengan que tratar sobre historias homosexuales".

Sin embargo, aunque la política woke de Disney se ha coordinado entre lobbies, parques y producciones, el verdadero ariete han sido sus plataformas, donde lejos de ser residual o anecdótico, el contenido era protagonista. Uno de los ejemplos paradigmáticos fue su serie Little Demon, en Disney +, plagada de rituales, desnudos o sexo explícito y con una trama que dice así:

"Trece años después de haber quedado embarazada de Satanás, una madre y su hija Anticristo intentan vivir una vida ordinaria pero continuamente son frustrados por fuerzas demoníacas, incluso Satanás, que desea la custodia del alma de su hija".

Lucy es la protagonista de `Little Demon´, una serie de FX-Disney sobre las vivencias de la hija de 13 años del Anticristo.

Los citados son los ejemplos más representativos, pero no los únicos, de la carrera woke que Disney promete haber finalizado.

Fuente: https://noticiasholisticas.com.ar/disney-declara-formalmente-su-derrota-en-la-batalla-woke-razones-de-su-cambio-de-rumbo-ideologico/