IGNORANCIA Y BARBARIE

08.11.2024

Uno de los grandes retos de la educación es añadir el conocimiento básico en la formación de niños y adolescentes. Esto incluye las costumbres, principios y valores transmitidos desde antaño. Esta educación contempló el principio y fin último tanto del hombre como de la educación, dando al educando lo recibido por sus mayores, es decir, lo más valioso de la herencia que es el conocimiento de Dios, que da respuesta a las eternas preguntas ¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos?

Tienen que saber los formadores las preguntas básicas de la fe. Esperamos milenios para conocer las respuestas que fueron reveladas por Dios mismo, porque las luces de entonces no alumbraban esta distancia.

Con la confianza de saber respuestas sobre la existencia, el hombre de fe es el más respetuoso de los derechos de los demás. Por lo general, en una sociedad moderna, el buen católico es el ciudadano más confiable para cualquier gobierno.

Después de inculcar estos valores, el ciudadano pasa al autoaprendizaje, es decir, a averiguar más detalles para perfeccionar su estilo de vida de acuerdo con su fe. Por el contrario, si el adulto en su etapa formativa no recibió este tesoro y los padres lo dejaron al garete y vaivenes de las ideologías ateas, con el "pretexto" de que cuando sea adulto él decida a qué bando pertenecer, es el error más grande en la formación, ya que será víctima de los brillantes atavíos del mal que rodean nuestra sociedad en la actualidad. Ésta es la forma más fácil de deformar la educación, conduciéndola a la barbarie, es decir, al hombre con toda la carga de su condición humana, sin ningún asidero moral del cual asirse. Así, las aguas tumultuosas e insanas de la maldad diabólica lo arrastrarán hasta la cloaca, donde la turbia agua de la vida lo llenarán de inmundicia moral, que luego es muy difícil de limpiar. El mal, el diablo o Satanás, está al acecho para llevar más almas a su reino.

Por fuerza, convicción y responsabilidad hay que formar las almas de los jóvenes … ¡aún se pueden rescatar algunos!, para que formen la muralla moral donde se estrellan los ateos, ideologías y todo el daño moral que arrastran por la barbarie en la que se deformaron. A estas alturas, es muy difícil rescatar estas almas que se vuelven al egoísmo, comprometiendo sus almas eternamente.

Por eso, Padres de Familia, Maestros y Guías espirituales, formen cristianamente a los educandos, desde la más temprana infancia y adolescencia en el amor, la virtud y los buenos libros.