LA DESVERGÜENZA TOTAL
A finales en los años 70, del siglo pasado, llamaba la atención un anuncio gigante en el frente de un edificio en Nueva York, en el que se anunciaban unos jeans muy cortos y ajustados para mujeres en mezclilla y la marca era Jesús-jeans. El nombre, y lo ajustado y corto del pantaloncillo, crearon un escándalo mayúsculo, que obligaron a quitarlo. Aparte, para rematar, el eslogan decía … "Ven y sígueme".
Esta desvergüenza publicitaria fue, sin duda, el inicio de darles relevancia al trasero de las mujeres, como es tan común en nuestros días. Esto ha traído consigo una avalancha de desvergüenzas desde hace ya 60 años.
En la actualidad, la moda femenina de vanguardia es de una desnudez casi total, ya que las prendas son tan ajustadas que se adivinan todos los pliegues de la piel del cuerpo femenino. Éste ha sido despojado de su candidez y modestia; y las pobres muchachas desfilan por todas partes como una pasarela diseñada por el diablo.
¡Es la época de la desvergüenza! … La piel y las formas que se adivinan, son el orgullo de tantas mujeres que, hasta las menos favorecidas, usan esas prendas. Y con eso de la reingeniería social, no puedes ni voltear a verlas porque son activistas contra "el patriarcado".
Lo íntimo y privado se volvió público y, sin ningún rubor, se muestran en la sociedad. Si la rechazas te ves mal, y si las aceptas, te va peor. Así que, los hombres ándense con cuidado y no vean, ni critiquen y mucho menos, admiren su belleza porque será una ofensa al feminismo, que tanto han propagado para llegar al fin, odiar al hombre por ser hombre.