¡Obispas arrogantes arremeten vs "Dios Padre"!

12.09.2024

No es de extrañar que sectas luteranas se atrevan a querer cambiar hasta las Sagradas Escrituras, porque de suyo, como su fundador, Martín Lutero, traen en los genes el espíritu de rebeldía contra la Doctrina Católica. Pero ahora no se midieron… ¡Intentan imponer la ideología de género hasta en los santos Evangelios!

El espíritu protestante de dos obispas nórdicas (de la iglesia anglicana y la de Suecia), simplemente raya en el pecado que más ofende a Dios, ¡la soberbia! Estas mujeres, ridículamente con alzacuellos, se han atrevido a proponer la omisión de los artículos masculinos que se refieren a Dios, como "Dios Padre", con el argumento, falsamente aplicado, de que Dios no tiene sexo… ¡Claro que Dios no tiene sexo, porque es un Espíritu Purísimo, increado, eterno! Pero en la Revelación que Él quiso hacer de Sí mismo -y a través de su propio Hijo, Jesucristo- al hombre, presentó a las Tres Divinas Personas, la Santísima Trinidad, con artículos masculinos. Sin pretender develar las razones divinas que tuvo para hacerlo así (aunque creemos que no va contra la lógica humana, sino que la supera), los verdaderos cristianos lo aceptamos así porque ésa es Su Palabra… ¡y es divina! Y como Verdad Absoluta, no puede engañarse ni engañarnos.

La actitud de estas "inclusivas" Obispas pero, sobre todo, la de sus sectas que se dicen "cristianas", es francamente ¡intolerable! Que quieran poner al mismo Dios dentro de los lineamientos de una ideología contra natura, la de género, esto no tiene nombre. Las sectas que apostatan de Cristo y de la Iglesia Católica (la única que Él fundó), evidencian, por enésima vez, que su espíritu no es ordenadamente humano, menos divino, simplemente es satánico. Como satánica fue la serpiente antigua que retó a Adán y a Eva a ser como dioses; como cuando Lutero retó a la Iglesia Católica al protestar contra ella e independizarse, con el orgullo como único argumento; como cuando los revolucionarios franceses idolatraron a la "diosa razón" por encima de la Sabiduría divina; como cuando los "humanitarios" dirigentes de la ONU establecen como ley lo humanamente imposible (la libre identidad de género) y lo racionalmente indebido (el libertinaje sexual, las uniones homosexuales, el transexualismo, etc.) .

¡Católicos de todo el mundo! Abran los ojos y dense cuenta hasta donde pretenden llevar la satánica ideología de género… ¡hasta el mismo Dios!... ¡Qué insolencia! … Los nórdicos se yerguen creyendo saber más que Dios mismo. Estas religiones, y por desgracia, muchas otras, nos están demostrando lo que realmente son: grupos masónicos con careta de religión, al servicio de las élites con rostro "humanitario", como son la ONU y las poderosas élites financieras mundiales. Ellos se creen los dioses de la postmodernidad, ante una humanidad anticristiana y sometida; ellos son los que le rinden culto a Satanás, príncipe de este mundo, como nos quedó claro en las últimas Olimpiadas en París.

Pero ¿qué pueden hacer estas blasfemias a Dios?... A la Santísima Trinidad, nada en lo absoluto, porque su gloria, majestad y victoria, están dadas desde la eternidad. Desgraciadamente, estas blasfemias propuestas por dos malvadas sectas, sí pueden desorientar o engañar a muchos cristianos ignorantes que aún creen en la bondad intrínseca de grupos religiosos o de organismos internacionales.

Si los serviles al globalismo anticristiano, sean laicos, "obispas" u "obispos", quieren enredarse en los mortíferos lazos de la ideología de género, pues allá ellos. Pero que no se atrevan a tocar a Dios porque la ira divina será implacable, no con los pecadores arrepentidos, sino contra los hombres o mujeres que parecen "blanqueados" por el alzacuellos pero putrefactos por la maldad de sus corazones.