... UNA DE DON JUAN

Se dice, se comenta que, en Guadalajara, cuando era Arzobispo de la Arquidiócesis el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez -ahora Arzobispo emérito-, fue a una Parroquia de su Diócesis como parte de sus funciones para hacer una visita pastoral, en la cual se reunieron varios catecúmenos entre grandes y chiquitos para ser bautizados.

Después de dirigirles la palabra como Pastor, el Cardenal Iñiguez, se dirigió a los papás y padrinos, para conocer los nombres de los nuevos fieles que iba a bautizar. Y al conocer que uno se iba a llamar Aníbal, otro Christopher, Brandon, Edward, Isabella, Ramsés, Shinué, Kelvin, Shakira, etc., etc., el Prelado frunció el ceño, desaprobando los nombres por la preocupación de la Iglesia ante el descenso de nombres cristianos para los bautizados, atendiendo el reclamo del entonces Papa Benedicto XVI, para que los bautizados lleven nombres cristianos, decidió en el momento del bautizo, ponerle a todos los varones el nombre -su nombre- de Juan y a las niñas el nombre de María.

A regañadientes, papás y padrinos acataron el nombre que les imponía el Cardenal Sandoval quien salvó a estos bautizados de cargar para siempre, con un nombre ajeno a las tradiciones cristianas y a la raza de los mexicanos.