UNA MAÑANA DE NAVIDAD
Después de Nochebuena, uno se levanta tarde para ir al recalentado.
Por lo general, es en la casa donde se pasó el festejo, y suele ser la casa paterna. Ahí se dan cita los comensales que van llegando sin un horario fijo. Después del saludo y los abrazos, se sientan sin algún protocolo a la mesa, donde han servido las ensaladas que fueron ignoradas la noche anterior, pero ¡que son riquísimas!, ya que obedecen a recetas familiares … la reina es la ensalada de manzana con un ponche que ha hervido varias veces, esto concentra su sabor y lo hace digno de los dioses.
Luego, vienen los retazos del pavo, que ya recalentado saben a gloria; sirven luego el lomo mechado con sidra de manzana, adornado de albaricoques ... ¡riquísimo! …
Por fin, van llegando el resto de la familia acompañados por algunos amigos que cubren la mesa con deliciosos manjares, como un molde rebosante de bacalao a la vizcaína, con chilitos güeros y aceitunas … todo recalentado.
La sidra es la que más abunda, ya que despeja la mente con su burbujeante característica.
Ya todos a la mesa, vuelven a elogiar el jugoso pavo, y las lonchas de pierna, saboreando con satisfacción el bacalao recién servido.
Ya entonados, la sidra hace lo suyo, y los cantos y risas inundan la casa con seguidos brindis por el futuro.
Ha llegado el turno de los postres, empezando por el añejo pastel navideño impregnado de cognac que alterna con mazapanes de almendra y dulcecillos de piñón.
En la mesa, hay racimos de uvas y coloridas manzanas para el que quiera limpiar el paladar.
Por fin, llega un último invitado que viene de misa de Navidad y reclama no haber dado gracias al Niño Dios por tantos beneficios. Un poco avergonzados, los invitados entonan un Padre Nuestro y un villancico para agradar al Dador de todo, por la magnificencia culinaria de Navidad.
Mientras los invitados charlan entre sí, la algarabía de los niños que con sus juguetes nuevos, presumen con alegría sus bolos y todos en la casa paterna departen en familia las maravillas de la Navidad.
¡Salud!