LA FE
LA FE
Hay tres grandes Virtudes Teologales o Teológicas que son: la Fe, la Esperanza y la Caridad.
En esta ocasión nos ocuparemos de la Fe, la base de toda virtud. Es ésta, por antonomasia; sin ella no es posible creer en Dios y en todos los dones que de Él emanan.
La Fe no es una virtud que surja de la voluntad humana, es un don gratuito de Dios y es adquirida por el cristiano desde el Bautismo. Este Sacramento es el origen de la Fe, que nos es dada para creer en las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Puede perderse por voluntad u olvido del bautizado ya que sin la práctica constante de la doctrina se va diluyendo lentamente hasta perderse irremediablemente.
Un hombre o mujer sin fe es un ente perdido, que no tiene la brújula de la convicción, esto es, la certeza indiscutible de los misterios divinos, comprensibles sólo a través del ejercicio de esta virtud teológica.
La Fe es la Revelación del Reino de Dios y una Virtud Sobrenatural infundida por Dios. Si no tienes Fe, pídela y El Señor te la dará; si las has perdido... ¡recupérala!... Dios no obliga a nadie a abrazar la fe en contra de su voluntad. Nuestro Señor Jesucristo nunca forzó a nadie a seguirlo ni antes ni ahora. Abrazar la fe es un acto de libertad. Dios la da cuando el hombre se la pide, siendo un don gratuito.
Las Sagradas Escrituras tiene bellísimos ejemplos de la conciencia de esta libertad... El modelo más acabado es la Santísima Virgen María quien, en su visita a su prima Santa Isabel, ésta exclamó: "Dichosa la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor".
El otro ejemplo es el de Abraham que, estando a punto de sacrificar a su hijo Isaac, tuvo Fe en Dios, y su descendencia fue como las estrellas del cielo o las arenas del mar. Otros ejemplos de Fe son el ciego Bartimeo, el Centurión, la mujer de Jairo, la hemorroísa, el leproso, el paralítico, la cananea... ¡En todos ellos la Fe es una gracia que mueve los corazones para dirigirlos a Él!
La certeza que da la Luz Divina es mayor que la luz de la razón natural.
"Todos queremos conocer en quién hemos depositado nuestra confianza" ... La Fe abre los ojos del corazón.
La Fe es superior al plano de la razón científica porque se finca en el amor de Quien nos ama.
"Pero sin la Fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan" (Carta de San Pablo a los Hebreos, II, 6).
SAPIENTIA LDI
EDITORIAL