"NO TENGÁIS MIEDO"

"NO TENGÁIS MIEDO"

Esta frase evangélica ha tomado relevancia en nuestro tiempo … "No tengáis miedo" … Es la respuesta de Jesús en el Evangelio San Mateo (10, 26-33) y se refiere a no tener miedo en replicar sus enseñanzas. La frase completa dice … "No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a quienes pueden arrojar al lugar del castigo el alma y el cuerpo".

En este Evangelio el Señor nos advierte de no tener miedo a los sucesos y acontecimientos de la vida, pero hay que temer a caer en el pecado.

En el presente, los sucesos nos abruman y la información nos da miedo: guerras, terremotos, incendios, carestía, soberbia política, calamidades, pestes y falta de valores. A todo esto, hay que sumarle las noticias apocalípticas del fin de los tiempos. Ante esto, Jesús nos fortalece con su palabra y nos previene del verdadero enemigo: el pecado.

Que recordar la parábola de las vírgenes prudentes, que se encuentran en el Evangelio de San Mateo, en el versículo del 1 al 13. En ellos, nos cuenta la historia de diez vírgenes que salen a recibir al esposo; cinco de ellas prudentes y las otras cinco insensatas. Las prudentes llevan aceite en sus lámparas, mientras que las insensatas no. Esta parábola nos enseña a prepararnos para los momentos en los que se pondrá a prueba la fe, la paciencia y el testimonio.

Para fortalecer el espíritu, es conveniente recordar que para un católico, estar preparado es estar confesado y arrepentido de haber ofendido al Señor, haber cumplido con la penitencia y con el compromiso de nunca más pecar. Esto es estar en Gracia y preparado para lo peor. El mundo puede rodar y cumplirse las profecías para estos tiempos, y a pesar de la hecatombe, sí estás en Gracia, no será "tocado ni uno de tus cabellos", ni tu espíritu agitado por el miedo.

Dice el dicho popular: el que nada debe, nada teme. Así, con la conciencia tranquila y sin miedo, la perspectiva de los acontecimientos toma una trascendencia sobrenatural desprovista del miedo que tanto abruma.

Sé un católico sincero y la Gracia te protegerá y te enviará al Cielo. Hay que reconocer que la dimensión de las catástrofes que se avecinan son de dar miedo pero, con la Gracia y la confianza en Dios, el mundo pasará, tu cuerpo y tu alma sobrevivirá.

 ¡No tengas miedo!

Debemos prepararnos ahora, mientras todavía tenemos tiempo.