¿Qué pensará el Padre?

¿Qué pensará el Padre?

Siempre durante la Cuaresma de todos los años, el Señor esta más presente que el resto del año, porque este tiempo es para recordar y conmemorar el Sacrificio del Verbo Encarnado para rescatar al género humano de su desobediencia primigenia.

El amor por sus criaturas es la clave de este rescate por parte de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, algo incomprensible hasta para los mismos Ángeles, que ven como Dios se inmola en favor de la creación última de su proyecto.

En el ámbito del tiempo, nosotros personas sujetas al mismo, cada año nos preparamos en este tiempo para desentrañar el misterio que envuelve esta decisión incomprensible de Dios por su Creación. No así la Trinidad Santísima que vive y se mueve en un marco intemporal, y que de un vistazo contempla el principio y el fin de todo lo creado, ven que la redención no es un acontecimiento del pasado, ... es un permanente presente en la visión de Dios. Él se inmola en este tiempo y se repite este presente, en el atisbo de Dios ... Es difícil de entender la mirada desde la eternidad no es la misma, lo que pasa en ella ... para Dios es hoy y para nosotros, algo que paso hace 2000 años.

Es por eso que cada Misa es un ofrecimiento de la Víctima Perfecta al Padre Celestial, como Sacrificio por nuestros pecados que ofenden su Santidad en el tiempo presente, no en el pasado ... Aunque el sacrificio en cada Misas es Incruento, para Jesucristo, es un Sacrificio Sangriento porque es un único Sacrificio, que no es que se repita ... sino que es el Sacrificio perene y único por su voluntad.

Debería haber más conciencia de lo que ofrecemos al Padre en cada Misa ... es una verdadera ofrenda ... un holocausto por el perdón. No podemos estar ausentes en la Misa, hay que tener todos los sentidos atentos a lo que pasa ...en cada Misa estamos como en el primer Viernes Santo, como espectadores culpables de su condición de victima ... y ofrecemos junto al Sacerdote en el altar, a esta Víctima Inmaculada a Dios, única ofrenda aceptable para religar lo que se había perdido por el pecado.

La Misa no es sacrificio rutinario, es nuestra salvación ... y así vayamos mil veces a Misa, el momento y la víctima es único ... y el valor de la misma es insospechado para nuestro destino espiritual. Así que pongamos atención ... el sacerdote es en ese momento el Eterno Sacerdote que se ofrece como víctima y nos unimos a Él inmerecidamente, pero aceptable al Padre.

Si comprendiéramos esto ... todos seríamos casi Santos sin importar las tentaciones de la vida, ni del destino de nuestra vida natural. Todos nuestros "Mundanos Amores" serían reprimidos: el amor salvaje por el dinero, las diversiones, las drogas y el alcohol; nuestro afán por la comida y los placeres de la carne, hasta el futbol parecería todo como una bagatela ante la comprensión del Sacrificio de Jesucristo ... solo tendríamos que vencer el amor ... por nosotros mismos.

SAPIENTIA LDI
EDITORIAL