ROMANTIZAR, PARA NORMALIZAR LA EUTANASIA
ROMANTIZAR, PARA NORMALIZAR LA EUTANASIA
Tantas ilusiones y expectativas se generan durante la vida, que pensamos en todo, menos en la única certeza que tenemos de nuestra existencia, que algún día moriremos y nuestra alma tendrá un destino final. Rara vez reflexionamos acerca del sentido trascendental de la muerte, es decir, que es el inicio de la verdadera vida, la eterna.
Hay quienes dicen que, desde que nacemos empezamos a morir, y esto es cierto si se considera que se acorta el tiempo que tendremos para ganarnos el Cielo, por lo cual, aquéllos que no tienen clara su finalidad, y que olvidan que el cuerpo y el alma es una unidad, limitan su felicidad y buscan la plenitud en la vida terrena. Y es entonces, cuando la enfermedad se hace presente, y el sufrimiento, el deterioro del cuerpo, el dolor no tienen cabida y encuentran en la práctica de la eutanasia "la mejor opción" para morir, bajo la justificación de tener derecho a una "muerte digna".
Con este tipo de argumento y algunos otros, como "morir en paz es un derecho", "elegir cómo acabar con la vida", "morir lo más rápido y menos doloroso", se ha logrado que las personas relacionen el término "eutanasia" con compasión: se romantiza este acto y se ve como un apoyo humanitario por parte del médico o un acto valiente por parte del enfermo, y más cuando se difunden casos de personas con enfermedades crónicas y progresivas que, al verse en una situación de salud crítica, solicitan la eutanasia.
Como el caso de Paola Roldan, quien padece de esclerosis lateral atrófica y solicitó que se le aplicara la eutanasia, justificando que su problema es progresivo y no tiene cura. Esto ocasionó que la Corte Constitucional de Ecuador despenalizara esta práctica médica el pasado 7 de febrero de este año. Y ahora, sólo le falta elegir qué día va a morir. Ella fue narrando todo su proceso de salud, y cómo va a estar presente en la vida de su hijo de 4 años mediante regalos y mensajes que preparó y cómo se despidió de su familia en redes sociales.
Otros casos, como el del reconocido político de los Países Bajos, Andreas (Dries) van Agt y su esposa Eugenie Krekelberg, que solicitaron la dúo-eutanasia, y se les aplicó el pasado 05 de febrero. Los encabezados de los principales medios daban a conocer este hecho con títulos como "el matrimonio que murió tomado de las manos tras una doble eutanasia", "La historia de amor de Dries van Agt, ex primer ministro de los países bajos y su esposa".
Estos ejemplos son claro reflejo de que apelar a los sentimientos, tiene más éxito que apelar a la razón. ¿Quién no se conmueve por una mamá que, al elegir morir, deja todo preparado para que su pequeño hijo la tenga presente o el matrimonio que decide morir juntos, unido por amor?
Y como estos casos, hay muchos en los diferentes países donde la eutanasia es legal, como en los Países Bajos, Canadá, Colombia, España, Luxemburgo, Nueva Zelanda, y Bélgica, etc., donde la perspectiva de las personas respecto a esta práctica ha cambiado; la aceptan y validan en sus diferentes formas: eutanasia activa, pasiva o suicido asistido (la diferencia radica en quién aplica el fármaco letal).
De ser impensable ahora ya es hasta sensato. Nos aplicaron un proceso de manipulación social llamado "Ventana de Overton", para que aceptáramos la eutanasia apelando a lo sentimental, y todavía no nos percatamos de las implicaciones y consecuencias que conlleva esta práctica inmoral y éticamente incorrecta:
Aplicación de eutanasia sin motivos suficientes:
- En Bélgica, al abrir la posibilidad de aplicar eutanasia a personas con problemas de salud mental y en menores de edad, se ha potencializado el suicidio asistido. En el año 2022 hubo 513 suicidios asistidos de personas cuyas muertes no se esperaban próximamente. Esto representó el 17.3 % de todas las eutanasias notificadas. Dentro de este porcentaje, el 8 % (239 personas) fueron asesinadas por polipatologías, a pesar de que ninguna de ellas era «motivo suficiente para la eutanasia», según la plataforma One Of Us.
Aplicación de eutanasia para solucionar problemas sociales:
- En Canadá, desde 2016, el Programa de Asistencia Médica para Morir de Canadá, conocido por sus siglas en inglés, 'MAID', ha estado disponible para adultos con enfermedades terminales. En 2021, se modificó la ley para incluir a las personas con afecciones físicas graves y crónicas, incluso si esa afección no representaba una amenaza para la vida. En este año se registraron 10,064 casos, lo que representa el 3.3% de todas las muertes en Canadá.
Los primeros críticos de esta modificación a la ley incluyen a tres expertos en "derechos humanos" de las Naciones Unidas, quienes escribieron al gobierno federal en 2021, advirtiendo que la reforma podría devaluar la vida de las personas discapacitadas al implicar que una discapacidad grave es peor que la muerte.
Una serie de informes han sugerido que algunos canadienses han optado por la muerte asistida, al menos en parte, porque no podían pagar una vivienda adecuada. Esto también ha generado temores de que podría usarse como solución para los problemas económicos o sociales; es decir, que la gente opte por morir debido a la pobreza, falta de vivienda o soledad extrema.
Aplicación de eutanasia sin consultar al paciente:
- En Holanda, desde sus inicios, se denunciaron ante el Consejo de Europa 900 casos de eutanasia sin consultar al paciente". La denuncia la presentó el doctor Henk Ten Have en la reunión de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Se denunció que la eutanasia al ser es más indolora, rápida, estética y económica, se ha convertido para los parientes en una salida más cómoda, para algunos médicos en un recurso sencillo que ahorra tiempo y esfuerzos, y para los gestores sanitarios es una intervención que ofrece un costo/eficacia óptima por lo cual se presta para que sea aplicable sin consentimiento del paciente, que es uno de los principios que se tienen que "respetar" según las leyes para poder aplicarla.
Aplicación de la eutanasia daña al oficio médico:
- Los médicos son personas que decidieron dedicar su vida a cuidar, sanar y acompañar a los enfermos. Con la eutanasia legalizada, su ética profesional se ve trastocada, ya que lo principal no es salvaguardar la vida, sino, solucionar los problemas de salud críticos, suministrando fármacos letales que provocan la muerte de quien lo padece.
¿Qué pasara con los nuevos médicos? ¿pensarán que tienen la capacidad de decidir, sugerir, impulsar, animar o conducir hacia la muerte voluntaria?
Lo más triste es que como sociedad, vemos que a raíz de este tipo de prácticas se nos ha olvidado la caridad fraterna, esa virtud que hacía brindar atención, cariño y acompañamiento desinteresado a los enfermos por solidaridad y amor al prójimo. Y de parte de los médicos, brindar cuidados paliativos de calidad sin olvidarse del trato humano hacia las personas que se encuentran en el punto más vulnerable de su vida, cuando están en una situación de salud crítica.
Y como personas, en lo individual, ya no estamos acostumbrados a ejercitarnos en las virtudes como la paciencia ante la adversidad, la esperanza en lo transcendental y, sobre todo, considerar a la enfermedad el tiempo que Dios da para arreglar asuntos pendientes en cuanto al plano material y sobre todo, el medio para purgar, antes de morir, las ofensas hechas a Dios para así estar en paz y con tranquilidad en el alma.
El sufrir con paciencia, muchas veces, tiene un final feliz … ¡La salvación del alma!
Porque el dolor tiene una eficacia especial para atraer la gracia, se asemeja a los sacramentos. Es que en todo el que sufre ve el Padre Celestial la imagen de Jesús.
Kempis del enfermo