ROSALEDA BENDITA
¡ROSALEDA BENDITA!
Tal parece que nos llegó la fase 2, aquella en la que la infección se transmite de persona a persona, sin que hayan viajado o haber tenido contacto con casos declarados del COVID-19.
Aquí no vamos a tratar el asunto de la transmisión del bicho, vamos a comentar qué hacer durante esta fase, que nos obliga a seguir confinados en nuestros hogares.
¡Hay tantas cosas qué hacer!... ¿Cuánto hemos dejado de hacer por falta de tiempo y que se han ido acumulando a través de semanas, meses...años?
Si tienes hijos pequeños, hay que hacerles la vida interesante para que aprendan cosas nuevas. Por ejemplo, despertar en ellos el ansia de eternidad. Y ¿cómo?...
Toma el Rosario entre las manos y explícales su significado, cuéntales su historia; es una realidad interesante y más apasionante que cualquier cuento o novela. Diles quiénes eran los turcos y cómo la Virgen María, mediante el rezo del Santo Rosario, le dio la victoria a la armada liderada por don Juan de Austria, en la Batalla de Lepanto, hace más de 500 años. Explícales porqué se llama "Rosario" y que significa "Rosaleda", y que nos recuerda los 15 Misterios más importantes de nuestra fe.
Si no saben rezar, enséñalos -porque no lo van a aprender en la escuela-. Basta con saber rezar el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre. Platícales que el Rosario es la mejor arma que tenemos en el presente y en el futuro, y una ayuda muy eficaz en el pasado. Explícales que es un Misterio del Santo Rosario, haz una pausa antes de cada uno de ellos y cuéntales con lujo de detalles el Misterio en cuestión. Es toda una catequesis y la base de nuestra fe; ahí se narra todo lo que necesita conocer un buen cristiano para su salvación eterna.
El Santo Rosario es la liturgia de los fieles llevada a su más sencilla expresión, condensa la "Sabiduría" necesaria para la vida y el medio para obtener las Gracias para vivir una vida sobrenatural. Enséñales, además, la meditación de cada misterio, es decir: "¿Qué entiendo de toda esta narración del Misterio?", "¿Qué me quiere decir Dios a través de la Palabra del Misterio?". Hay que darnos la oportunidad de escuchar a Dios en el silencio de la oración. Recordemos cómo la define Santa Teresa: "No es otra cosa oración, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con Quien sabemos que nos ama".
Así que, después de narrar el Misterio contenido en la Sagrada Escritura, y ya que ha sido escuchado y comprendido, hay que hacer un silencio para escuchar la voz de Dios ¡que nos habla al corazón! De esta forma harán una oración perfecta, para sacar el máximo provecho de esta bendita costumbre, pero sobre todo de una amorosa y urgente petición que nos ha hecho la Virgen, sobre todo hace cien años en Fátima.
Utiliza imágenes o estampas de algún libro piadoso para que vean una representación gráfica y se afiance el texto a la memoria de los niños; recordemos que ellos son muy visuales.
Déjalos que ellos guíen parte del Rosario; los niños son muy inteligentes y les gusta que confíes en su capacidad; también puedes añadir algún cantito y recen el Rosario de rodillas ante un altarcito previamente dispuesto (crucifijo, imagen de la Virgen, flores, etc.). Incluso, si tus niños son muy pequeños, pudieras reducir la cantidad de Avemarías con tal de ganar su devoción. De esta manera, el Rosario dejará de ser "aburrido" y repetitivo, y al paso de los "granos de rosa", irán descubriendo la hermosura y fragancia del bendito Rosario.
También, por último, explícales a los niños que al rezar el Rosario, se unen a la Iglesia Triunfante y que su alabanza se une a los Coros de los Ángeles en el Celo, y todos aquellos que lo rezan en ese momento, acarreándoles una multitud de bendiciones, que se esparcen por el mundo para la conversión de los pecadores
Que los niños le digan a Jesús y a María: "¡Te quiero mucho; hazme bueno y santo!".
SAPIENTIA LDI
EDITORIAL