SÉ MODERNA, PERO CON FE
SÉ MODERNA, PERO CON FE
Algunas noticias y estadísticas dicen que las mujeres jóvenes de nuestro tiempo, las que fluctúan entre los 20 y 35 años, están abandonando la Iglesia Católica más que los varones. Lo insólito, dicen, se debe a que por primera vez quizá a lo largo de la historia, esté sucediendo este fenómeno.
Y aunque no somos partidarias de los resultados cuantitativos porque las encuestas suelen estar manipuladas, sí creemos que, por desgracia, más mujeres decidan vivir sin practicar su religión… ¡pero también los hombres!
¡Qué triste es ver la descristianización de nuestra sociedad! Hombres y mujeres, henchidos por el espíritu liberal y tecnológico de la modernidad, tienen un proyecto de vida individualista y simplemente se sienten autosuficientes. Y si llegan a casarse o a tener familia, el trabajo y/o su adicción a él o otras sustancias, las comodidades, los placeres y el endiosamiento de la sexualidad -por desordenada que sea-, se tienen a sí mismos y al dinero como centro y fin de todas sus actividades; tanto, que practicar el Cristianismo o el Catolicismo, les parece tan innecesario, obsoleto o tan conflictivo con su modo pagano de vivir, que deciden sepultar su fe o simplemente se excusan de no tener tiempo para practicarla porque los domingos, hay que correr, ir al gym, al cine o a pasear al perro.
¿Por qué las mujeres jóvenes hoy ya no son tan religiosas o, de plano, abandonaron su fe?
Muchos acusan a las ideas libertarias promovidas por los gobiernos, las escuelas de educación media y universidades, que, difundidas incesantemente desde hace décadas por todos los medios de comunicación existentes, terminan por hacer un tremendo "coco wash" a los millones de jóvenes que como zombis, no se despegan de su celular. Pero, en realidad, ¿estas mujeres son las únicas culpables de vivir sin religión?... No, ciertamente. Creemos que, en buena parte, los responsables de este ateísmo práctico de los jóvenes existen antes de que nacieran. Me refiero a sus padres y maestros, a los que estaban obligados a inculcar en los niños y adolescentes la fe y la práctica de los valores religiosos y morales. Los papás, haciendo que los pequeños respiraran desde las cuatro paredes de su hogar el amor a Dios, confiando en su doctrina y en su Divina Providencia; y para los que somos católicos, sembrando también el amor y el deseo de imitar a la mujer más santa que haya existido jamás, la Santísima Virgen María. Y los maestros ¿qué debieron haber hecho?... Nada menos que impartir con su ejemplo y sus consejos, la recta conducta sin transigir con las ideologías que promueven el libertinaje sexual.
Gracias a Dios, aún se encuentran en nuestra sociedad mexicana y en otras partes del mundo, muchas mujeres buenas - aunque sean de la "generación Z"-, creyentes, de buen corazón que, a pesar de tanta pérdida de la fe y molicie moral, se esfuerzan por conservar la doctrina católica y los principios morales que recibieron de sus padres y abuelos.
Lamentablemente también reconocemos que los gritos feministas o las "sutilezas" libertarias han hecho presa a muchas jóvenes que se tragaron completita la bandera del "derecho a decidir" y de la libertad sexual absoluta, llegando a defender sin escrúpulos el crimen del aborto y lo absurdo de la ideología de género.
Las jóvenes que aceptan estas ideologías de moda, realmente son ignorantes de la sana doctrina que Nuestro Señor Jesucristo heredó a la Iglesia Católica. Sólo cumpliendo los 10 Mandamientos es como puede una joven ser feliz.
Muchas que, desafortunadamente, ya experimentaron los amargos efectos y dolorosas cicatrices que deja el desenfreno sexual, vuelven su mirada a Dios agradeciéndole haberlas sacado de la obscuridad para volver a ver la luz en sus vidas; la Luz verdadera que es Nuestro Señor Jesucristo y que también resplandece en la Santísima Virgen María.
Hoy, en 2024 y en cualquier época, sí se puede ser mujer cristiana. ¡Ánimo!