SUICIDIO ASISTIDO JUSTIFICAR LO ABSURDO
SUICIDIO ASISTIDO: JUSTIFICAR LO ABSURDO
Lo que antes era una tragedia, y se considera una muerte ignominiosa, es decir, un final deshonroso que atentaba contra la razón, la dignidad del ser humano y la justicia, en la actualidad quieren hacerlo ver como una opción válida para terminar con la vida.
El debate actual sobre el derecho a decidir sobre el fin de la propia vida ya sea mediante la eutanasia o el suicidio asistido, según publicaciones científicas que se dedican a la medicina y a la salud pública, como es la revista de la Universidad Autónoma de México (para la Facultad de Enfermería, en su vol. 17)pone a consideración de los profesionales sanitarios el "impacto atribuido al sufrimiento experimentado del enfermo" como justificación a tal hecho.
Sin embargo, vemos que los testimonios que hay de otros países donde estos actos ya son legalizados, las personas que lo han hecho porque han sido diagnosticadas con enfermedades terminales, se los han aplicado antes que se llegue al momento de experimentar dicho sufrimiento, porque consideran que tienen el derecho a "una muerte digna". Aún es más triste ver cómo, alguien que físicamente no tiene un padecimiento, utilice este recurso porque esta deprimido o tiene algún problema, y la esperanza en una buena vida se le esfumó.
Decir que está mal, para muchos puede sonar como una falta de empatía, sin embargo, romantizar el asunto no resuelve el problema de salud pública que representa el suicidio sino que, en vez de prevenirlo, lo promueve. Acceder a acelerar la muerte por miedo al sufrimiento no exime que no vaya a sufrir quien lo elige y su familia. ¿Quién asegura que en el más allá no vaya a sufrir? … Lo sobrenatural existe, es decir, aquello que está por encima de la naturaleza, eso no se puede negar.
Para los creyentes en el más allá, que consideramos la muerte como un trance para iniciar la vida eterna, las enfermedades terminales son la oportunidad que da Dios para prepararse espiritualmente y dejar arreglados todos los pendientes que se pudieran tener (perdonar, acercarse a la familia, sufrir con paciencia para expiar culpas, pagar deudas, arreglar los negocios temporales, etc.,). Por más dolorosa que sea la enfermedad, la buena muerte es un privilegio, es decir, aceptar la voluntad de Dios hasta el último respiro, estando en Gracia y recibiendo los auxilios espirituales para asegurar que el destino final sea el Cielo.
En realidad, no tener empatía hacia los enfermos se traduce a no auxiliarlos, no procurarles cuidados paliativos de calidad, acercarles los Sacramentos y ayudarlos a bien morir.
¿Cuál será la verdad detrás de la eutanasia y la legalización el suicidio asistido? … Reflexionemos al respecto del por qué nos quieren hacer ver que es correcto, como si fuéramos dueños de la vida y del tiempo, cuando no es así. De lo único que somos dueños es de nuestra libertad y merecedores de las consecuencias de cómo la utilizamos.
Aquellos que animan y hasta festejan con los enfermos su decisión de elegir la eutanasia o el suicidio asistido, que por lo general son familiares, están siendo participes de destinar a las personas que más quieren a lo incierto … Tan es así, que la Iglesia siempre lo ha condenado.
El miedo real que debemos de tener es el no estar preparados para cuando Dios nos mande llamar porque como bien dicen, no hay nada mas cierto que la muerte y nada más incierto que la hora de su llegada.