TERNURA IGNORADA
TERNURA IGNORADA
Estamos en tiempo de Adviento y se acerca la Navidad ... Es el momento de considerar la Encarnación del Verbo de Dios ... ¿por qué se encarnó? ... Muchos ignoran la respuesta, pero otros la tienen clara ... Para los primeros, hay que decir que el Verbo (la Palabra) es la voz del Padre y a la vez es Dios; y por una razón misteriosa lo eligió el Padre, para pagar la deuda del pecado cometido por el hombre a su Divinidad.
El hombre es la cereza del pastel para Él ... todas las maravillas de la naturaleza que nos rodean fueron hechos para el sustento, la contemplación y habitación de la creatura que, por voluntad divina, compartió alguno de sus atributos.
Tanto esmero aplicó Dios Padre en el hombre, que decidió rescatarlo y volverlo a la amistad con Él ... ¡pero el precio fue muy caro! ... El Verbo se encarnó y para este fin fue elegida la Virgen María para ser Madre y Tabernáculo o Sagrario de Dios ... Ella fue la que dio Carne al Verbo, para que el hombre pudiera conocer la faz de la Divinidad ... la misericordia y el perdón de Dios.
Pero, el precio a pagar para rescatar al hombre fue la muerte de un Dios encarnado que vivió y murió como uno más de su pueblo ... La muerte fue atroz ... Dios Padre no perdonó a su Hijo y los pecados de los hombres no tuvieron compasión de Él y fue torturado y ajusticiado por su causa.
Bueno, estamos a unas semanas del acontecimiento de su Nacimiento esperando su advenimiento y nos estamos preparando para recibirlo.
Éste se manifestará como un recién nacido cualquiera ... pero cargando en su humanidad la ternura de todos los siglos, y en su divinidad, ... el amor de Dios por sus creaturas.
Este hecho dividió a la Historia en un antes un después de su Nacimiento; será un gozne en la Historia y un misterio de amor del Infinito.
Así que, este tiempo sea de preparación para recibirlo este 24 de diciembre en el corazón, que dejará de ser de piedra para convertirse en un corazón de carne, vivo y amoroso para agradecerle el habernos permitido recuperar el Paraíso que nos había sido arrebatado por los pecados cometidos.
¡Conviértete y vuelve al redil del Pastor Eterno! para que esta Navidad te sonría con una ternura infinita que te derrita el alma ... ¡hasta la eternidad!