¡UN ALTAR HOGAREÑO A LA VIRGEN DE GUADALUPE!

¡UN ALTAR HOGAREÑO A LA VIRGEN DE GUADALUPE!

Ya estamos próximos a la celebración más grande de los católicos mexicanos: la Fiesta de nuestra Reina y Patrona, la Santísima Virgen de Guadalupe. Apenas faltan cerca de quince días para preparar el corazón y el hogar para recordar con alegría la inmerecida distinción que nos hizo la Virgen María al bajar del Cielo a nuestras humildes tierras para acompañarnos siempre por nuestro peregrinar por este mundo. Y, sobre todo, por el gran amor que nos manifestó en su venida, el amor más puro y noble que pueda existir en la tierra, el amor de una madre.

El motivo para quedarse con nosotros, ya lo dijo Ella: para darnos todo su amor y protección. Sus tiernísimas palabras: "¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?", han quedado impresas en el corazón de cada mexicano y de cada creyente del mundo que confía en la poderosa intercesión de la Virgen ante su divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.

Los millones de fieles que casi 500 años han acudido al Tepeyac, han recibido grandes favores o milagros por parte de nuestra maternal Patrona y, si acaso Dios no hubiera concedido lo solicitado, ninguno ha salido de la Basílica de Guadalupe sino esperanzado y consolado, hasta las lágrimas, porque cada uno nos hemos sentido abrazados en su tierno regazo. Pero, lo que más nos estremece es que ese amor tiernísimo de la Guadalupana hacia nosotros no tiene distingos. A todos, por pecadores que seamos (ricos, pobres, cultos, ignorantes, con méritos o sin ellos), escucha cada una de nuestras plegarias. Y si estamos viviendo en pecado, Ella, dulcemente nos pide que cuanto antes nos reconciliemos con su Hijo divino para que más fácilmente nos atienda.

"Amor con amor se paga". Así que demostremos a la Virgen de Guadalupe no sólo que la amamos mucho, sino que nos alegramos por sus milagrosas Apariciones y que estamos felices por tan distinguida Huésped y por la caritativa compasión que ha tenido de todos nosotros, tan pobres física o espiritualmente. ¿Quién no ha tenido grave necesidad? ¿Quién no se ha sentido alguna vez absolutamente impotente?

¡Que cada hogar mexicano o extranjero levante a la Virgen de Guadalupe un altar en su honor! ¡Que en las puertas luzca su bendita Imagen adornada de moños y listones! ¡Que las veladores y luces iluminen su celestial retrato! ¡Y que las rosas que Ella nos legó, perfumen su espiritual presencia!

Y si vamos a embellecer nuestra casa, ¡cuánto más nuestro corazón! Que México entero le rinda a su Reina toda clase de cantos y oraciones. Entre las más tradicionales están:

*El Rosario de las de las 46 Estrellas (del 28 de octubre al 12 de diciembre), * La Novena Guadalupana (del 3 al 12 de diciembre), *la Velada Guadalupana (del 11 al 12 de diciembre). Además, en el transcurso del año se reza la *Hora Guadalupana (cada día 12 del mes).

Católicos: ¡arriba los corazones! Recemos, cantemos y honremos siempre a la Virgen de Guadalupe, particularmente ahora, para que en 2031, en el 500 Aniversario de sus Apariciones, ¡todo México sea Guadalupano!