¡VOLVAMOS A SER HOMBRES!
¡VOLVAMOS A SER HOMBRES!
La naturaleza caída del hombre, la sugerencia del demonio, el amor al dinero y al poder político, han hecho de la humanidad un ser hedonista, odioso y sanguinario, hablo de todos aquellos que han tenido la oportunidad de colarse en las élites de las naciones y que su preocupación no es sobrevivir sino dominar a sus semejantes.
¿De qué ha valido dos mil años de cristianismo, miles de horas de desvelo de nuestros filósofos por establecer principios morales y virtudes ... de innumerables esfuerzos de bienintencionadas generaciones para producir bienes y servicios a los pueblos y naciones, miles de horas de búsqueda, especulación y eurekas de investigadores y pensadores? ... Si finalmente unos pocos han conducido a las masas a su condenación eterna.
Dios tiene la razón de estar enfadado con su creación al ver tanto desatino. Ahora no hay principios, éticos, valores, virtudes, ni honestidad, ni moral, todo es un caos.
Un caos infernal que solo hace sonreír al diablo. Pero antes no era así, el mal, la soberbia y el orgullo no eran generalizado había trancas y líneas rojas, que no permitían rebasar el límite de la ley de Dios y de los hombres ... pero la ingenua mayoría por la flojera de no pensar, de no comprometerse han dejado los principios que regulan el comportamiento de nuestras acciones y hemos caído en el foso del engaño.
Las naciones despreocupadas, yacen en la molicie social, ajena a toda moral, saturados de la desinformación atea y permisiva.
La guerra, la enfermedad, la insensibilidad y el genocidio se suceden a cada rato ... ¿y?... ¿Dónde están los adalides del pasado, los héroes que conducen a la eternidad, los herederos de la justicia y la equidad?, ¿Se quedaron en el camino? .... ¿Están distraídos por la Reingeniería Social? ... ese mal impuesto por la ambición sin sobriedad, por el confort que da la irresponsabilidad.
Debemos reconocer la verdad, obligamos a dar marcha atrás, rescatando el bien perdido. Es hora, la hora de los hombres que tienen la brújula que marca el norte.
Aunque todo parece perdido ... busquemos en el recuerdo de como eran las cosas antes, volvamos sobre nuestros pasos y sacudámonos el barro del camino recorrido, despertad del mal sueño vivido y con el agua helada de la cordura rociemos nuestras mejillas para volver al buen camino.
El mal, el demonio o como lo llames, es un perro bravo, feroz y sanguinario ... pero está encadenado, no entremos en su territorio de mordisco y no caeremos en sus fauces. Volvamos a estudio de los fenómenos sociales, la investigación, al análisis y observemos estos acontecimientos con el cristal del infinito, ver como Dios ve, con sabiduría, amor, ternura y perdón, ... pero con la justicia de su mano.
¡Volvamos a ser hombres!
SAPIENTIA LDI
EDITORIAL